Cuando hablamos de feminidad sagrada, feminidad consciente, no tenemos que creer o seguir algo específico, sino que simplemente tenemos que experimentarla.
Vivenciar su presencia en como nos percibimos, sentimos, en nuestras energías variables y en los cambios que tienen lugar en nuestra naturaleza.
Va más allá de conceptos intelectuales.
Nuestra feminidad sagrada consciente nos permite fluir, ser libres y dejar que nos abra a nuevas experiencias de gozo, magia y asombro.
Esta se halla presente en nuestra naturaleza, en quienes somos ahora y como se expresa.
Quien guía nuestros pasos, esos pasos reales y necesarios para nuestra evolución.
Nuestra feminidad sagrada consciente nos permite fluir, ser libre y dejar que nos abra a nuevas experiencias de gozo, magia y asombro.
Aprender nuestra ciclicidad como mujeres es ver la feminidad sagrada que hay dentro, entenderla desde una mirada y experiencia consciente, nos ofrece un camino por el que fluir con liviandad en medio de los cambios de la vida, guiadas por la naturaleza cambiante hacia nuestra verdadera potencia.
La feminidad sagrada, la cual se expresa en los ciclos cambiantes, nos muestra la posibilidad de poder estar transformándonos constantemente y a la vez mantener intacta nuestra esencia.
Cuando podemos reconocernos y ver a través de nosotras la feminidad sagrada, a través de nuestros ciclos, aprendemos a fluir con el cambio.
Porque lo único cierto, es la que la vida es cambio.
Feminidad sagrada, esa es nuestra naturaleza!
